jueves, 25 de agosto de 2011

Reflexiones de bolsillo: ¿y dónde está la luz?

Cuando leo cosas como estas: “…El arquitecto nunca es más importante que el edificio (…) cuando en 1992 el arquitecto portugués ganó el Premio Pritzker, el Jurado expresó en sus fundamentos: “La arquitectura de Álvaro Siza es una alegría a los sentidos y eleva el espíritu. Cada línea y curva son colocadas con habilidad y certeza. Como los tempranos modernistas, sus formas, moldeadas por la luz, tienen una simplicidad cuidadosamente pensada, honesta. Estas formas solucionan problemas de diseño directamente. Si es necesaria una sombra, un plano sobresaliente es colocado para proporcionarla. Si se desea una vista, se hace una ventana. Escaleras, rampas y paredes, todo parece estar predestinado en un edificio de Siza”. Invitado por la Universidad de Palermo, visitó Buenos Aires y en ese marco escuchamos sus reflexiones.”
Luego de leer éstas palabras tomo mis apuntes y recuerdo la definición que Le Corbusier dio a la Arquitectura, y observo también el deslumbrante juego que hacían de ella Maestros como Wright o Kahn; o el delicado trabajo de la arquitectura de Gaudi y su relación con la luz.
Luego reflexiono, observo y miro lo que se hace hoy, lo que las revistas de moda o los arquitectos de moda hacen, y la importancia que estos actores tienen en la formación de los futuros arquitectos, y quedo preocupado; ¿cuándo comenzó a perderse esa relación entre arquitectura y luz? Hoy todo es transparencia, los espacios se ven abarrotados de luz, ya la luz no es domesticada, diseñada, ingresa de forma salvaje al interior formal, ya que el interior espacial, ese que juega y se comunica con el espacio exterior también ha venido en caída libre.
Hoy la arquitectura se ha transformado al mero juego de pieles, una sobre otra. La fachada ya no es pensada en la mesa de dibujo; la fachada es diseñada en una oficina, por un hábil diseñador que sabiendo deslumbrar nos envuelve y nos convence de que es lo correcto y lo que vende un proyecto. Luego, nosotros, tomamos sus diseños y recubrimos nuestros edificios aquí, allá y en cualquier lugar; ¿y el estudio de la luz?, el cómo integro mí edificio, el cómo trato de generar volúmenes que la capturen, la retengan… ya todo eso es nostalgia.
Los estudiantes están más preocupados por copiar arquitecturas salvajemente transparentes que pierden la perspectiva de la importancia que tiene el manejo de la luz.
Cabe recordar las palabras del arquitecto Campos Baeza: “… la luz es materia y material (…) cuando, por fin, un arquitecto descubre que la Luz es el tema central de la Arquitectura, entonces, empieza a entender algo, empieza a ser un verdadero arquitecto…”
Mí reflexión: ¡hoy he aprendido algo!, sin duda que hace algunos años me deje tentar por el hábil diseñador cubriendo mis sueños con sus ofertas… hoy comenzará una búsqueda de aquel camino.

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